lunes, 4 de mayo de 2015

Hijos de un mismo dios

São Paulo, siete de la tarde
Cacerolas en lugar de tambores inundan la calle
João sigue con lo suyo, con sus labores
Fuera suena la banda sonora de sus dolores.

Luis, con el mundo, lleva una vida muy social
En la Red un millón de amigos,
Dice: No te pueden fallar
Pero en su casa hace un mes
Que nadie cruza su portal
La banda sonora: Solitaria comunidad.

Un hombre camina por las calles de Dakar
Se pregunta si una enfermedad se puede orquestar
¿Quién traerá la vacuna?
Moneda y cambio de una fortuna
Una banda sonora que pronto se olvidará.

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