miércoles, 27 de mayo de 2015

9- Graduarme

Este post va dedicado a ese profesor que en infantil me dijo que si no sabia recortar un monigote, no iba a llegar a nada en la vida. Siento llevarte la contraria. Pero a algo he llegado. Me he graduado en Bachillerato.
Y es más; hasta leí el siguiente discurso de despedida:

Bueno estamos esta tarde aquí por la graduación de bachillerato de la promoción 2012-2015, en representación de letras nos ha tocado el discurso, y ya se que estáis todos pensando en la cena, en los bailes, los cubatas pero ahora toca centrarse a lo que estamos que es el acto de graduación, rodeados de nuestros amigos, profesores y familiares.
Empezar un discurso de despedida no es sencillo, no estamos preparados para decir adiós y dejar atrás a compañeros y a profesores, que más que profesores han sido amigos siempre dispuestos a escucharnos y ayudarnos. Quizás una de las ventajas de ir a un instituto tan pequeño es que para bien o para mal nos conocemos todos. Sabemos como se llama ese profesor que pasa por el pasillo cargado de exámenes. No somos muchos, pero cada uno hemos aportado algo a los demás. Si a día de hoy somos lo que somos y somos como somos es gracias a todo lo que hemos vivido juntos, al camino recorrido en este pequeño centro.
La adolescencia no es etapa fácil de recorrer y en el equipo docente del CEI hemos encontrado un apoyo incondicional, tuvieran nuestros miedos o no relación con los estudios, ellos han estado siempre disponibles para cualquier consulta, con un consejo o un paquete de clinex preparado nos han escuchado sin juzgar.
No nos engañemos. Nunca usaremos para algo útil la fórmula de segundo grado. Pero las matemáticas nos han enseñado que todo es orden, que todo un origen y una razón de ser. Y que con las fórmulas adecuadas ninguna incógnita se nos resistirá. Tampoco nos pedirán en una entrevista de trabajo cuál es la función gramatical de una palabra. Al igual que nunca ligaremos en un bar hablando de Kant o del mito de la caverna. Seguramente nos echarán y nos mandarán a dormir la mona a casa. Tal vez nunca usaremos nada de lo que hemos tenido que dejarnos los codos estudiando. Pero si el día de mañana tenemos algo de cultura o de educación, cosas que son al final lo mismo, será gracias a vosotros, los profesores.
También, ya puestos, hay que darle las gracias a dos personas sin la cuales no estaríamos hoy aquí. Estas personas siempre han sido los pilares de nuestras vidas, no han animado a conseguir nuestros mayores sueños, no han soportado malos tonos y enfados pero saben que pese a todo, les queremos.
Sin ellos no seríamos ni la mitad de lo que somo y hoy por fin, pueden vernos lograr una de las cosas más importantes de nuestras vidas, que es graduarnos.  Nos han visto llorar, sufrir por los exámenes y nos animado a seguir adelante. Solo nos queda decirles a nuestros padres que nunca les podremos agradecer lo suficiente todo lo que hacen por nosotros.
Unos hemos pasado más años aquí que otros, algunos prácticamente toda nuestra vida. Entramos siendo niños sin preocupaciones, sin pensar en lo rápido que se iba a acabar todo, pero salimos de aquí siendo adultos y maduros, sabiendo que quien algo quiere algo le cuesta y que todo es posible si uno pone todas sus ganas en ello y que estamos rodeados de personas que nos van a apoyar en las buenas y lo más importante, en las malas. Asusta pensar que esto se acaba, que ya no va a haber las mismas bromas por parte de los cómicos de clase, que no habrá más piques cariñosos, ni carreras para hacer los deberes en últimos 5 minutos. Pero en fin, todo lo bueno se acaba y de aquí hemos sacado momentos inolvidables y personas  que ya se consideran parte de nosotros, porque al fin y al cabo estamos hechos a pedacitos los unos de los otros.
Por último nos despedimos diciendo que : esto no es final, es un principio.
* la falta de comas es una marca de la casa.

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