Me ha costado elegir en que categoría incluir esta entrada ¿go out por tiendas con encanto? ¿Apuntes por curiosidad? ¿Pantone por palabras? A final, ha ganado esta última.
Carlos Ruiz Zafón describía en su novela “la sombra del
viento” una biblioteca, en el corazón de Barcelona, donde iban a parar todos
los libros olvidados.
Bécquer sabía que los suspiros son aire y van al aire, las
lágrimas como agua al mar, pero se preguntaba donde iba el amor cuando se
olvidaba.
Las palabras, las palabras son pequeñas partículas que
articulan nuestro lenguaje, indispensables hasta cierta medida. El español
tiene casi 94.000 palabras de las que solo empleamos unas 2.000. Piensa en las
tardes con tus abuelos, la soltura con la que te decían que ese abrigo costaba
un potosí, que iban hecho un primor o que tal persona era un correveydile.
¿Dónde van las palabras olvidadas? Esas que no encuentran su
sitio en las redes sociales acaban condenadas a caer en desuso y morir entre
las tapas de los diccionarios.
O tal vez no. Una empresa ha decidido dibujar esas palabras
que ya no se usan y ponerlas a la venta en una plataforma por el módico coste
de un compartir.
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