Burgos. Mi tierra. Mi refugio al norte. Un lugar donde disfrutar de la buena mesa y de la familia, donde huir del calor para volver a los orígenes.
De mi tierra también he aprendido cosas:
- Ser majo no siempre es algo bueno. Vale, suele ser bueno, pero también puede ser un insulto.
- En los pueblos comer antes de las 3 de la tarde es delito y a la cena se la llama "merienda".
- Cada burgalés tiene "su" marca de morcillas a la que es fiel.
- Aunque haga un frío que pela, el burgalés saldrá a hacer deporte o a bañarse en la piscina.
- En los pueblos pierdes tu identidad para convertirte en "la nieta de la...."
- Las orquestas de los pueblos hacen mezclas más raras que algunas listas del Spotify, pero al final seguimos bailando "Canabis" "Maricarmen" o "El chipirón" hasta la madrugada (para no helarnos de frío.)
- No es verano hasta que no se pasa un día en fuentes blancas; y cuando veas un quita-meriendas se acaba la temporada de asar al aire libre.
- Si Murcia tiene fruta y verdura, la variedad de pan de Burgos es asombrosa; bastones, pistolas, baguettes, pan de pueblo, tortas de aceite...
- ¿Porque "Las llanas" se llaman así si están en cuesta?
- Las chuletas se comen con las manos. Aunque estés en un restaurante o en una reunión, si no quieres quedar como el tonto del pueblo, olvida los cubiertos y deja libre tu instinto caníbal.
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