lunes, 13 de julio de 2015

13.- Dar la cara: La enfermedad no me define.

Imagina que me acabas de conocer. Me mirarías por primera vez y podrías ver a una chica de pelo rizado, ojos azules detrás de unas gafas y una piel blanca que no se pone morena ni a la de tres.
Si mantuviéramos una conversación descubrías que siempre llevo papel y boli encima, que me encanta bailar, que amo viajar, que río a carcajadas con las comedias románticas y que me indigno con los telediarios. Tal vez incluso te dijera que hasta que no me tomo un café y hago algo de deporte no soy persona. Seguramente te parecería una chica normal y corriente, con sueños e ideas locas en la mente.
Y es que lo soy. Soy una chica normal con sueños y ambiciones que lucha para ser feliz. Y es que mis cicatrices no se ven, mi piel no tiene ni arañazos ni cortes; pero si  diseccionaras mi alma y sometieras a examen mi pasado encontrarías batallas para salir de la cama, meses forzando sonrisas y un sentimiento de soledad en el pecho.
Y es que hoy pongo nombre y apellidos a la DEPRESIÓN.

 
Sí, tengo 18 años y lucho para dejar atrás sentimientos derrotistas. Lucho por mí, por mi familia y por mi futuro.
Lucho y hoy me animo a dar la cara, a intentar acabar con los estigmas que envuelven a las enfermedades mentales. Soy una chica normal y corriente que únicamente tiene el fallo de sentirse sola.
El día que pusieron nombre a mi tristeza pensé que se me acababa el mundo, pero ese día también maduré, y entendí un poco mejor la vida. Desde ese día he aprendido que no estoy sola, que en la cercanía y en la distancia tengo a mi lado a gente que me quiere y que siempre hay un motivo para salir de la cama.
No soy una luchadora incansable; soy una superviviente de la vida, escritora por necesidad y deportista por afición.
Soy una chica normal.
#laenfermedadnomedefine.



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