miércoles, 16 de septiembre de 2015

Carta 4

Día 4.
16 de agosto de 2015.
Domingo. Hoy amanezco un poco más tarde.
Empiezo a estar cansada de este ritmo frenético de 20 km diarios y echo de menos mi sofá… Bueno, a resumir mi día me dispongo en este papel; pero antes responde, ¿enserio lees mis letras?
Dentro del museo de cine vimos una escena peculiar de una película nacionalsociasta: Un niño alemán canta a su madre alemana una “bonita” canción nazi, malhumorado el padre (anti alemán, borracho y sucio) se levanta de la cama y a bofetada limpia le canta la internacional.
Después la tarde fue tranquila, paseo por los mercadillos del final del parque (de grande como Mónaco) visita al “diente hueco” y… ¿vuelta al hotel? Nope, mi vida no podía ser tan feliz. Me liaron y acabé en otro museo.
Pero a grandes males grandes remedios y mientras veían cuadros me paseé entre modelos de Dior y Balenciaga en el museo de las artes aplicadas. Piezas únicas, rococó, modernismo y una regadera del ikea. ¿Cómo? Te juro querido que no estoy loca. En una vitrina exponían dos regaderas del ikea, en ese momento no supe si salir corriendo y tirarme al río o empezar a llorar. 
 He perdido la fe en el mundo. (Y en los museos)



   
Te adjunto una fotografía de la regadera que me hizo cuestionarme la cultura.



No hay comentarios:

Publicar un comentario